No podía ser en otro lugar que cerca de la Bahía de Fitch en el Quebec donde encontrásemos una casa tan bonita. Un rústico con reminiscencias shabby que respira tranquilidad e invita al sosiego. Un paisaje de ensueño se cuela por las ventanas y lo invade todo regalándonos su color y su frescor. Linos, lanas,pieles, astas de animales, maderas nobles, piedra, hierro y la sencillez de lo elemental son los protagonistas de este interiorismo.
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