La luz se tamiza y se expande por todo este bonito dúplex que me resulta encantador. Un espacio que rompe la monotonía cromática del blanco y negro con suaves notas de color amarillo como la mesita y el cuadro en el salón o con estampados geométricos y de rayas que aportan dinamismo al interiorismo. En la cocina el rincón del office me ha enamorado, un espacio que combina diseño contamporáneo y minimalismo, pero es en la planta superior donde este dúplex guarda su mejor baza, techos abuhardillados, paredes de piedra pintadas de blanco, un sillón vintage de cuero y una cama sencilla vestida con atrezzos de lino y algodón. Una delicia!!
Imágenes: Stadshem