En esta casa de vocación nórdica la Navidad se viste con los clásicos tonos, qué no aburridos, rojo y verde que encajan a la perfección con la madera de roble lavada y el gris piedra de mobiliario, paredes y suelo de microcemento. Con esta base tan neutra conseguimos un efecto transformador al integrar colores tan alegres y vibrantes que permiten cambiar radicalmente la estética de la casa en estas señaladas fechas. Estrellas, velas y manteles rojos encajan a la perfección en la cocina, aislada mediante un cristal que la conecta visualmente con el salón. También el gran árbol ha encontrado su espacio natural junto a la chimenea, mientras que los dormitorios, ubicados en la planta superior, se alegran con simpáticos renos y calcetines de lana.