La majestuosidad de la edificación encaja a la perfección con la elección de su interior, un mix exquisito de estilo industrial salpicado con piezas estilo Mid Century y arte por doquier. El resultado me encanta, me atrapa por su originalidad y a la vez por su exquisitez. Sobrio a la par que llamativo, dos conceptos antagónicos que aquí se plasman de manera exquisita. El lujo en los pequeños detalles es más que evidente pero es precisamente el conjunto de todo el que lo hace francamente diferente.
Imágenes con el consentimiento de Architectural Digest