Si a una casa escandinava con suelos y paredes de madera en la que el color blanco lo inunda casi todo, le añadimos piezas de mobiliario antiguo de inspiración oriental, el resultado no puede ser otro que un espacio lleno de personalidad. Una casa diferente, que se tiñe con los colores que marcan este estilo decorativo tan simple y a la vez tan acogedor. En pocas palabras una casa escandinava preciosa.
Imágenes con el consentimiento de Bo Bedre