Los colores tierra, matizados con el siempre elegante blanco, visten de sutileza esta vivienda que me encanta por la rusticidad de su suelo hecho con baldosas de barro y que a su vez contrasta con el diseño contemporáneo de la edificación. En su interior destacan alfombras de fibras naturales y algunas piezas de mobiliario de madera exótica sin tratar, así como escogidas piezas de anticuario como la lámpara y las sillas del comedor. Todo ello forma un mix que resulta arrebatadoramente cálido y estiloso a la vez que se muestra práctico y funcional.
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