A pesar de ser una vivienda urbana, este piso barcelonés desprende la esencia de las elegantes casas de campo francesas, su mobiliario así lo indica. Fijaros en la madera lavada o decapada en blanco de sus muebles, los textiles de lino, algodón rústico y tela de saco o las piezas de anticuario, pero esta monotonía decorativa se rompe gracias al uso de piezas de estética fabril como flexos, lamparás o las sillas de cuero. Un mix armónico que encaja a la perfección y que lo otorga un extra de personalidad.
Imágenes con el consentimiento de Mauricio Fuertes
Estilista: Olga Gil-Vernet Asistente: Andrea Pussin