Me imagino cenando como invitada a esta boda en este viejo granero tan delicadamente decorado, repleto de luces y con suaves toques de color amarillo, flores silvestres en pequeños jarrones de cristal sobre las mesas, sillas blancas, velas, en fin que todo él desprende un halo de romantisicmo increíble, eso sí tiene un toque rústico chic que enamora, está claro que "menos es más" siempre!! Buenisimas deben estar también el surtido de tartas. Que delicia!!
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