Fijaros en las flores que visten esta bonita boda al aire libre, creo que son maravillosas y por si solas ya escenifican el romanticismo de la celebración de hoy. Los detalles de las sillas, el altar repleto de velones, todo en un marco incomparable de naturaleza en estado puro. Ya en el interior, una romántica carpa de la que cuelgan pequeñas lámparas de araña y una infinidad de cortinas de luces blancas dan cobijo a unas mesas vestidas con un simple camino de mesa y jarrones de cristal mercurizado. Hasta la tarta es una delicia!!
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