Esta casa de campo ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de París ha sido rehabilitada completamente conservando esa esencia rústica que la hace inconfundible. Su propietaria, una apasionada de las antigüedades y piezas vintage que ella misma recupera de manera magistral, se ha asegurado de transmitir a la perfección su concepto atemporal de la decoración. Un interior en tonos pastel, superficies con cristal, suelos de madera y paredes naturales de piedra son el lienzo perfecto para destacar todas y cada una de las piezas escogidas para su decoración.
Imágenes con el consentimiento de Anne-Catherine Scoffoni