Esta mañana abrimos las ventanas para dejar que el aire fresco renueve nuestra casa, preparamos la mesa para la comida familiar posterior y disfrutamos de un domingo como pocos. Este sería un plan perfecto, pero no es mi caso, aún así, soñaremos con una casa de campo como ésta, cálida, acogedora y elegante, rústica hasta cierto punto, pero seguro encantadora y confortable.
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