Imaginaros una fría mañana de invierno, el sol colándose por las ventanas, la luz lo invade todo. Flores por doquier que aportan delicadas notas de color y fragancia, entonces la casa cobra fuerza, los textiles y piezas escogidas de mobiliario en tonos azules son protagonistas vistiendo de personalidad y alegría toda la vivienda. Fijaros en todos y cada uno de los detalles, la lámpara de araña del comedor, las cortinas de lino, los objetos de cristal, las fibras naturales de las alfombras, la cesta y la silla. ¿No os parece una casa extraordinaria?
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