A veces uno se permite el lujo de soñar a lo grande y en ocasiones esto se cumple. Jamás imaginé que un lugar tan poco convencional como un museo del ferrocarril fuera el lugar ideal para celebrar una boda de ensueño. Pues hoy en el blog soñaremos a lo grande porque os muestro un espacio repleto de belleza y elegancia donde todos y cada uno de los detalles son encantadores. Colores suaves y diseños fluidos de la época art nouveau, mezclados con la esencia industrial del siglo pasado confieren exquisitez al conjunto. Las flores, jarrones, caminos de mesa con puntas, cubertería de plata vieja y una exquisita vajilla me han enamorado.
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