La indudable belleza de esta casa me ha cautivado por completo porque el blanco es uno de mis colores preferidos y aquí, lejos de parecer frío, transmite una calidez desbordante. Las pieles de reno, tan características del estilo nórdico ayudan desde luego, pero los linos, la madera lavada, los cestos, las alfombras de algodón, etc... aportan el punto necesario para que el resultado luzca como es, sencillo y cálido. Una casa extraordinaria ¿no os parece?
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