La luz, la delicadeza y las flores son las protagonistas de esta encantadora celebración de boda y digo encantadora por qué ya solo el altar me resulta exquisito. Un espacio donde la expresión "menos es más" cobra todo el significado. La decoración de las mesas perfecta, de blanco inmaculado y oro, cubertería de plata y vajilla ligeramente floreada. No hace falta añadir nada más.
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