No me diréis que el apartamento que hoy os muestro no es una delicia. Este pequeño espacio de tan solo 54 m2 derrocha encanto nórdico por doquier y es que el uso del color blanco combinado con el gris en su gama más clara le aporta equilibrio y mejora visualmente la escasez de metros. Todo me parece perfecto pero es el dormitorio el espacio que me ha cautivado por completo, el juego de textiles, muebles decapados y viejas cajas de madera a modo de mesita de noche convierten esta estancia en un lugar maravilloso.
Imágenes : Stadshem