¿Quien no sucumbe ante los encantos de un espacio como este?
Yo sí y es que celebrar la cena de boda al aire libre es puro romanticismo y una auténtica maravilla. Por esta razón, ahora que el tiempo nos lo permite nada mejor que vestir el jardín con delicadas bombillas y disponer unas exquisitas mesas con elegantes centros florales y muuuuchas velas. ¿El resultado? Sublime!!