El color azul índigo es sinónimo de calma por esta razón lo asociamos con espacios vacacionales, cómodos, mediterráneos, desenfadados y llenos de calidez. La casa ibicenca que hoy os muestro es una prueba de ello ya que no puede ser más exótica, relajante y mediterránea. Los materiales nobles como la madera y la piedra visten tanto su interior como su exterior dotándola de personalidad y belleza. Fibras naturales, tejidos de algodón y seda y suelos de microcemento completan su interiorismo que se equilibra a partes iguales entre lo exótico y lo contemporáneo. Disfrutadla.
Imágenes con el consentimiento de Harissa Villas