Una vieja fábrica de colchones ubicada en un suburbio de la ciudad de Melbourne alberga hoy el hogar de Lynda, una amante de los objetos, muebles y ropa vintage. La parte más difícil de la profunda reforma llevada a cabo, fue hacer llegar la luz a este antiguo almacén. Para lograrlo, se dejo abierta la parte central de la nave, creando así un patio que inundara de luz y aire la sala de estar, un efecto que se potenció con una pátina de colores blanco en paredes y muebles. La casa respira encanto chic y feminidad en todos los rincones, adornos florales, cretonas, cojines bordados, lámparas de araña y juegos de antiguos espejos que invaden la casa. Una casa modesta pero con estilo, así la define su propietaria.
Imágenes: Gardener and Marks