Los propietarios de esta bonita casa quedaron completamente seducidos por esta residencia de principios del siglo XIX que rehabilitaron en parte para usarla como residencia de verano cerca de Estocolmo. Eliminaron tabiques y reunificaron estancias para aprovechar bien el espacio en zonas comunes. El blanco puro con el que fué pintada en su totalidad ayudó a sumar un extra de luz. Muebles sencillos y funcionales, espacios cómodos que inviten al relax y a largas sobremesas con amigos y familiares, esta es la premisa para decorar una casa de verano, afirma su propietaria.
Fotografía: Katarina Grip Höök vía Lantliv