Encontrarte de repente con una vivienda como la que hoy os muestro, una casa esencialmente clásica es todo un lujo para mí y es que siempre me han atraído estas residencias atemporales, donde el tiempo no avanza sino que se desliza suavemente para regalarnos paz y sosiego. Un espacio de lujo refinado y elegante, que gana en las distancias cortas, en la que destacan las antigüedades escogidas minuciosamente, las bellas alfombras, los papeles pintados y los muebles con solera, una casa en la que perderse es todo un placer. Disfrutadla, porque merece la pena.