A pesar de ser una ciudad de pequeñas dimensiones, Florencia cuna del renacimiento, concentra una gran cantidad de arte que en ocasiones llegó a desbordarme. Visitamos entre otras muchas cosas claro está, el Duomo de Santa Maria dei Fiori y subimos los 414 escalones del campanario del Giotto, el Baptisterio, el Palacio y el puente Vecchio, la Santa Croce, el jardín de Boboli e incluso subimos dando un bonito paseo hasta San Miniato al Monte, una preciosa iglesia románica que ofrece unas espectaculares vistas sobre la ciudad de Florencia. Gracias al buen hacer del hotel en el que nos hospedamos conseguimos entradas sin tener que hacer la cola de 6 horas aproximadamente que se necesitaba para visitar la famosa Galería de los Uffizi. La ciudad desprende un encanto especial, como casi toda Italia, pero además ofrece unas maravillosas y románticas puestas de sol sobre el puente Vecchio que me robaron el corazón.
Aprovechamos también nuestra estancia para conocer la pequeña ciudad de Pisa y con ella la famosa Piazza dei Miracoli en la que pudimos visitar el Duomo, el Baptisterio, el Camposanto y subir a la famosa Torre inclinada de Pisa. Todo esto nos llevó un día entero dada la gran afluencia de turistas proveniente en parte de los cruceros.
Nos alojamos en el Hotel Rivoli de Florencia, un antiguo convento rehabilitado ubicado en el centro de la ciudad decorado con muebles de estilo florentino y toscano, que a parte de ofrecer un excelente servicio 4 estrellas superior nos deleitó con un enorme jacuzzi en su jardín que nos hacia las delicias a media tarde cuando nuestros cansados cuerpos tomaban un merecido baño acompañado de una copa de vino, en fin una combinación de lujo para una ciudad de ensueño. Como siempre a parte de mi impresión y experiencia os dejo una selección de nuestras imágenes privadas.
Imágenes: Chic & Decó
