Vivir en Nueva York es todo un privilegio, pero hacerlo en un ático de 2500 m2 en el East Village no tiene palabras. Esta maravillosa residencia disfruta de una luz extraordinaria, techos altos y una gran terraza. Su interior posee una combinación cálida y atemporal que evoca la delicadeza y el espíritu de los años 20. Colores tierra mezclados con negros y grises en sus gamas mas oscuras le aportan un aire tremendamente masculino. Un espacio de inspiración industrial, elegante y super chic. ¿No creéis?
Imágenes: AD