Supongo que mi subconsciente se niega a pensar en la llegada del frío y es que personalmente no me gusta nada, tantas prendas de abrigo superpuestas y el frío que siempre tengo en el cuerpo, me hacen aborrecer el invierno (y eso que aún no ha llegado). Mirando estas imágenes publicadas en un artículo por la revista Nuevo Estilo consigo evadirme por un momento, imaginando un día de solecito y calor en una casa como esta, abierta por completo al exterior, con un diseño minimalista y exquisito. Un espacio diáfano organizado en dos niveles, con muebles ultradepurados y colores neutros que atrapan la luz natural, pero que además potencian la vista al exterior. Un mix que siempre funciona, la fusión magistral de la arquitectura tradicional con el minimalismo más contemporáneo. ¿No os parece? Por cierto ¿os llega su luz y su calor?
Imágenes: Nuevo Estilo
Fuente: Nuevo Estilo
