París, la ciudad de la luz y del glamour. Que deciros que no sepáis todavía, y es que esta maravillosa ciudad embriaga por su clase y refinada elegancia.
Aprovechamos nuestras vacaciones del mes de Agosto de hace ya seis años para visitar esta ciudad y como no, hacer una escapada de tres días a Eurodisney. En fin, Eurodisney una maravilla no solo para pequeños (que el mio disfrutó de lo lindo), sino también para mayores y es que los cuentos con los que había crecido de pequeña se hicieron realidad para mí. Tanta perfecta fantasía parecía desbordarnos a cada momento. Pasados esos fantásticos días viajamos hasta la ciudad del Sena. Maravillosa la zona el barrio latino y alrededores, con Notre Dame, el Panteón (en el que pudimos ver el péndulo de Foucault), el museo d'Orsay y los jardines de Luxemburgo. Mejor aún si cabe el Louvre, la Place Vendôme, el palacio real y les Champs Élysées, delicioso. Montmatre, Sacré Coeur y alrededores fue la zona que menos nos gustó, por estar alejada del centro y por el ambiente "nocturno" que se respiraba. Y como no la Tour Eiffel y alrededores con sus maravillosas vistas sobre esta gran ciudad, no solo por su tamaño (que también) sino por lo que significa París. Como dice el protagonista de la película "Casablanca",
Siempre nos quedará París....
Siempre nos quedará París....
Como es habitual os dejo una selección de nuestras imágenes particulares. Feliz domingo.
Ah! se me olvidaban los hoteles. En Eurodisney nos alojamos en el Newport Bay Club un enorme hotel en el que nos daban hora para el desayuno y con un montón de servicios que ni siquiera usamos ya que pasábamos el día en el parque y llegábamos agotados por la noche. En París nos alojamos en el Melià Tryp François. Perfecta ubicación, muy cerca de la Ópera y con parada de metro en la misma puerta del hotel. La habitación (triple) era grande con vistas al Boulevard Montmartre y un baño recientemente remodelado. El desayuno muy completo y el personal de recepción hablaba español. En general muy recomendable.
Imágenes: Chic & Decó